Una vez más las letras están de luto, la
tinta no desplegará más sus largos trazos alrededor del papel, La literatura y
el periodismo derraman lágrimas negras y velan a su máxima figura de la época
contemporánea, a los 87 años falleció Gabriel García Márquez, su legado
perdurará a través de su genio, desde su literatura hasta las columnas para el
Heraldo, como todo literato deja un hueco intelectual que nunca se podrá
reemplazar.
Fue escritor, novelista, guionista, editor,
periodista y activista político. En 1982 se hizo acreedor del Premio Nobel de
Literatura, como autor de ficción García Márquez siempre estuvo asociado al
Realismo Mágico es considerado, junto
con el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, como una figura trascendental en el género.
El realismo mágico permite describir elementos que tienen relación de la fantasía
y el mito con las actividades diarias y cotidianas.
Entre
sus obras se pueden destacar; La Hojarasca, El coronel no tiene quien le
escriba, cien años de soledad, periodismo militante, crónica de una muerte
anunciada, obra periodística, el amor en los tiempos del cólera, del amor y
otros demonios, noticia de un secuestro, vivir para contarla y su última obra
yo no vengo a decir un discurso.
La
ficción mezclada con la tinta guardará luto, el realismo mágico nunca volverá a
ser igual, Latinoamérica tendrá sus banderas a media asta y los bares
literarios lloraran, con un café de por medio, al genio de gabo, tristeza por
la pérdida de otra tinta que descansará en los jardines del Edén y junto a
otros escribirán frases y letras que leeremos en la otra vida.